método 1:
Se baten los huevos, se trocean las patatas chips sobre el huevo batido, pero no en exceso, y se cuaja de inmediato en una sartén antiadherente con un poco de aceite de oliva.
Al hacerlo rápido, se consigue que la tortilla mantenga el toque crujiente una vez elaborada.
Se ha de consumir al instante, ya que pasado un tiempo la humedad del huevo empapa la patata y la tortilla pierde su textura crujiente.
método 2:
Las patatas chips onduladas, debido a su grosor, pueden "sustituir" a la patata natural.
Se ponen a remojo cubiertas de leche o de un caldo de ave durante 5 minutos, de forma que se rehidratan ligeramente.
Se escurren, se mezclan con el huevo batido, se cuaja la mezcla en una sartén antiadherente caliente con unas cucharadas de aceite de oliva.
El resultado es una tortilla más similar a la tortilla de patatas original.
Consejo:
No conviene agregar sal al huevo, ya que las patatas chips ya están saladas.
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