viernes, 11 de junio de 2010

la semiprofesionalización


Nos dedicamos a correr porque nos divierte, porque es una experiencia lúdica y nos produce satifacción simplemente practicarla.

Pero esa misma satisfacción nos empuja para que poco a poco queramos llegar a más.


Y a veces aparece el dinero, ese monstruo de largos tentáculos que una vez que te atrapa no te deja escapar, me refiero a la semiprofesionalización: los patrocinadores, los premios, los regalos, "los sobrecitos", las prebendas... y de repente aquello que nos parecía una diversión se convierte en un trabajo, y se destruye todo lo bueno que había.
Ahora hay que compaginar las no-se-cuantas-horas de trabajo, "del que nos da de comer", con el otro trabajo que nos absorbe todo el resto de horas que tenemos libre, para obtener a cambio una pequeña moneda colgando de una cadena que os ata y nos ahoga, o una copa llena de aire que bebemos con avidez, sin que nos aporte nada de lo que necesitamos.

La felicidad que obteníamos al practicar este deporte que nos encantaba se convierte en ansiedad, en preocupación, (¿y si no cumplo los objetivos? ¿y si no bato mi mmp? ¿qué dirán mis compañeros? ¿que dirá mi patrocinador?..) y se empiezan a poner excusas de todo tipo ( se me desató la zapa, no tenía un buen dia, pasé mala noche, me dolia "nosequé", me dió un tirón en "nosecuantos"....) y que no es más que el resultado de la inmensa ansiedad que sufren cuerpo y mente.


Y sobreviene la insatisfacción, la envidia de lo que ganan los que considerabas "compañeros", que al fin y a la postre no son más que otros rivales con los mismos colores, el vivir en una burbuja de mentiras y autoengaños, que en el momento que estalle generará un gran vacio, porque no se encontrará la felicidad ni corriendo, ni dejando de correr. El dinero ha envenenado tus sueños. Y desarias volver al inicio, otra vez, a sentir la felicidad que experimentabas simplemente con ponerte unas zapas y salir a correr, pero sabes que hay doradas ataduras que lo impiden... y mirarás hacia atrás con añoranza ...


Los que todavia no han sido cegados, continúan en los felices inicios, cuando el deporte sólo era una experiencia lúdica y divertida.

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